Policiales

Secuestran el cargamento de cocaína más grande en la historia de la Hidrovía

En un puerto en Asunción, incautaron 4013 kilos de cocaína que iban a navegar por el Paraná.

Hace nueve años Juan Galeano Mieres paró su camioneta en el puente internacional de San Ignacio Loyola, en Clorinda. El hombre provenía de Asunción, Paraguay, e iba acompañado por su abuela y su hijo. Los gendarmes le pidieron los papeles y notaron algo extraño. El vehículo estaba a nombre de una mujer boliviana. Inspeccionaron la camioneta y encontraron en un doble fondo 121 kilos de marihuana, que este hombre, en ese momento de 30 años, quería ingresar a la Argentina.

Quien se iba a imaginar que nueve años después Galeano Mieres iba a transportar el cargamento de cocaína más grande de la historia que fue secuestrado en un puerto privado de Paraguay. 4013 kilos de esa droga iban a navegar los 3400 kilómetros de la Hidrovía Paraná Paraguay para salir al océano y llegar en 15 días al puerto de Amberes, en Bélgica. Galeano Mieres, detenido en Argentina en 2015, es la única persona que está presa hasta ahora, aunque solo era el encargado de transportar hasta la terminal de Caacupemí, en las afueras de Asunción, la carga valuada en 300 millones de dólares.

Lo llamativo de este embarque, que aún no se sabe la cantidad de droga exacta que se iba a enviar —falta que se revisen tres contenedores— es cómo se camufló la cocaína. No estaba embalada en panes, como frecuentemente se realiza, sino en bolsas de unos 20 kg de droga recubiertas de azúcar, lo que hizo más complicado que esta carga se identificara con los escáneres. La empresa que estaba a cargo de hacer el embarque es Chokokue SA, una firma que se encarga de exportar quebracho, arroz, azúcar y otros productos orgánicos. La firma era investigada desde hacía un tiempo.

Galeano Mieres transportó el cargamento de cocaína más grande de la historia: 4013 kilos de esa droga iban a navegar los 3400 kilómetros de la Hidrovía Paraná Paraguay.

Un secuestro de ciencia ficción

En diálogo con Aire de Santa Fe, Jalil Rachid, jefe de la Secretaría Nacional de Antidrogas de Paraguay, usó un ejemplo para describir el hallazgo: “Fue como en las películas. La droga estaba dividida en bolsas. No vemos esto nunca, salvo en las series de TV. Era tanta cantidad que no estaba dividida en panes, sino en bolsas de 20 kg”, reveló con sorpresa el exfiscal, que ahora está al frente de la agencia que combate el narcotráfico. El secuestro de esta cantidad de cocaína se transformó además en un hecho político: el presidente paraguayo, Santiago Peña, destacó que antes esta cantidad de estupefaciente salía del país y luego se secuestraba en Europa.

Rachid reveló que se detectó esta droga por tareas de inteligencia previa que se realizaron durante varias semanas. “Un desafío era poder secuestrar la cocaína en los puertos paraguayos, antes de que salga del país. No como ocurría antes que nos enterábamos de la salida de la droga, luego de que se secuestrara la droga en las terminales europeas”, afirmó el funcionario, que se desempeñó como fiscal hasta el año pasado.

En los últimos tres años se incautaron en los puertos de Amberes, Bélgica, Rotterdam, Países Bajos, y en Australia más de 50 toneladas de cocaína que salieron por esta ruta fluvial con destino a países donde esta droga tiene un valor 100 veces más alto que en el lugar donde se la produce, como en Bolivia, Perú y Colombia. Desde 2021, la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito puso el foco en la Hidrovía, como la nueva ruta de salida de la droga que se produce en Sudamérica hacia los mercados europeos y asiáticos.

En octubre pasado, en el puerto de Villeta, ubicado en las afueras de Asunción, secuestraron 3312 kilos de cocaína que, como en este caso, tenían como destino final el puerto de Amberes, en Bélgica.

En la Argentina, el foco está puesto en esta ruta, porque se detectaron también cargas contaminadas que iban a salir por terminales de Rosario, como ocurrió en agosto de 2022, cuando la Policía Federal secuestró 1500 kilos de esta droga embalada en pellets de maíz que iban a ser embarcados en Terminal Puerto Rosario. Lo novedoso de este operativo en Paraguay es que por primera vez la cocaína se detectó antes de navegar los 3400 kilómetros que tiene la Hidrovía.

Hace dos semanas, la Gendarmería Nacional secuestró 460 kilos de cocaína en San Justo, al norte de la capital provincial, luego de un seguimiento controlado que hicieron efectivos de esta fuerza. Los investigadores estiman que la cocaína fue arrojada desde una avioneta cerca de esa zona, en lo que se conoce en la jerga como bombardeo de droga. Y luego de ser recolectada es trasladada por la ruta de manera terrestre. Ese cargamento iba hacia la zona del Gran Rosario, donde se encuentran las 32 terminales portuarias más importantes del país. La sospecha es que esa cantidad de droga iba a tener como destino el contrabando internacional, a través de la Hidrovía.

Los 4013 kilos de cocaína que fueron secuestrados en el puerto de Caacupemí, la primera terminal privada de Paraguay, estaban camuflados dentro de un cargamento de 78.000 kilos de azúcar. La empresa que despachó la carga, cuyo nombre aún no fue difundido por las autoridades, estaba sospechada desde hace tiempo. Hace poco más de un año se realizó un operativo con una carga simular, pero dio negativo, contaron a Aire de Santa Fe fuentes de la Secretaría Nacional Antidrogas de Paraguay.

El rol del "narco de las mil caras"

Paraguay se transformó dentro de la Hidrovía en una plataforma logística de tráfico de cocaína, un negocio criminal que es manejado por carteles internacionales y grupos criminales brasileños, como Comando Vemelho y Primer Comando Capital (PCC). La droga proviene generalmente de Bolivia, y es trasladada a Paraguay en avionetas hacia la zona del Chaco paraguayo, y desde esa región, inhóspita y con escasos controles, se lleva a los puertos para salir en barcazas por la Hidrovía. Estas embarcaciones hacen trasbordos a buques de mayor volumen en los puertos de Rosario, Buenos Aires o Montevideo.

Un actor clave en la Hidrovía es el prófugo Sebastián Marset, que se adjudica ser el líder del Primer Comando Uruguayo, y fue un actor protagónico del narcotráfico en Paraguay, de donde huyó, como lo hizo también de Bolivia, a pesar de tener una vida expuesta a las redes sociales y clubes de fútbol.

Es conocido como “el narco de las mil caras”, artífice del actual escándalo que sacude las estructuras del gobierno en Montevideo, es buscado por la Justicia de tres países del Cono Sur, tiene una alerta roja de captura de Interpol desde el 3 de marzo de 2022, es requerido por la DEA norteamericana y está en el radar de los investigadores argentinos. Eso no le impidió escapar con su familia una hora antes de que 2250 policías bolivianos fueron a buscarlo a una de sus mansiones de Santa Cruz de la Sierra, el 29 de julio de 2023.

Se fue en una camioneta Nissan Patrol, escoltado por un grupo de paramilitares que le sirve de guardia pretoriana, y con al menos un rehén: el efectivo al que habían encomendado sobrevolar con un dron la casa que iba a ser allanada. Ahora aparecieron versiones en la prensa paraguaya que indican que Marset está con su familia en Dubai, el lugar donde se gestó el escándalo con el gobierno uruguayo, que le dio el pasaporte oficial y dejó el país en setiembre de 2021.

En marzo de ese año, en Hamburgo, Alemania, se secuestró un cargamento de 16.174 kilos de cocaína ocultos en latas de pintura y de yeso. El valor del cargamento ilegal, que fue récord en Europa, superaba, en ese momento, los 1000 millones de euros.

Las 16 toneladas de cocaína estaban en cinco contenedores que zarparon en una barcaza desde el puerto de Villeta, en Asunción. El 29 de diciembre de 2020 arribó al puerto de Buenos Aires, donde se hizo el trasbordo de la mercadería legal hacia el buque panameño Cap. San Artemisso, para que continuara viaje a través del Atlántico.

En ese barco fueron secuestradas las 16 toneladas de cocaína en Alemania, donde el cargamento también estaba en tránsito hacia su destino final, en Israel. En Amberes, Bélgica, incautaron otras siete toneladas de esa droga, ocultas en un embarque de la misma empresa de pinturas.

Fuente: AIRE.-

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